Peregrinar por el Camino de Santiago de Compostela es una experiencia que va más allá del esfuerzo físico, es una experiencia que se conecta con lo espiritual; antes de comenzar a realizar el recorrido para llegar a Santiago, es importante que se tenga una preparación física previa.

Pero también debemos prepararnos espiritualmente por medio de la oración y la reflexión, ya que se debe recorrer un camino interior también, es un sentimiento denominado el espíritu jacobeo, en donde lo material queda de un lado y comenzamos a replantearnos muchos aspectos de la vida.

Este espíritu no es algo que sea tangible, es una especie de sentimiento que se presenta de manera espontánea durante el recorrido, y que viene asociado a pequeños actos con el prójimo, pequeños milagros en el trayecto.

Los que lo recorren afirman que esta ruta, es una realización personal que los hace conectar con esa parte divina y celestial, que los llena de una completa gratitud y esta sensación es lo que más importa del recorrido.

Recorrer la misma ruta por la que millones de peregrinos han transitado durante un milenio, cargados de fe y esperanza; se hace notar al interactuar con otros peregrinos, escuchar sus experiencias y anécdotas.

Motivos que Llevan a la Peregrinación a Santiago

Son diversos lo motivos que impulsan a una persona a recorrer el camino a Santiago de Compostela, cada año se suman más personas a las diferentes rutas, algunos lo hacen por un deseo personal, por vivir la experiencia y poder contar a sus familiares y amigos que peregrinaron a Santiago.

Otros lo hacen para cumplir una promesa o un voto, parte de los peregrinos que transitan por las rutas a Santiago de Compostela, deben alguna promesa, la mayoría de estas promesas son por motivos de salud, se pide por la pronta recuperación de un familiar, amigo o por la salud propia.

Se pide con fervor ofreciendo a cambio del milagro la peregrinación hasta Santiago de Compostela, también se ve el caso de feligreses que transitan la ruta como una penitencia que deben pagar, debido a los pecados en los que ha incurrido.

Así durante el camino tienen la oportunidad de reflexionar sobre sus actos y las distintas situaciones, en como enmendar y corregir las cosas y sobre todo para conectarse nuevamente con Dios, con esa parte espiritual que también requiere de cuidado y atención.